HONRAR
Es más que llevarse “bien” con sus padres.
Es más que “cuidarlos” o ayudarlos.
Es más que hablar bien de ellos.
Es más que “entenderlos”.
Es reconocerlos como tu semilla y tu tierra, de ahí vienes, gracias a ellos tienes la oportunidad de estar aquí, aceptarlos completos, asentir a quienes son, tal y como son, con lo que ha implicado para ellos ser quienes creen que son, con sus decisiones, incluso las que han afectado tu vida de “algún” modo.
Para honrar hay que traspasar el juicio, la condena por lo que vemos como errores o faltas, el anhelo infantil de que lo fue y es, sea diferente, la necesidad de que nos den explicaciones, los PEROs, los reclamos, el resentimiento que nos hace sentir incomodos en su presencia, la rebeldía de creer que lo hacemos “mejor” que ellos, que no somos iguales, la arrogancia de pensar que están a nuestro nivel para tratarlos como amigos (Decir que mi padre o mi madre es mi amigo/a, es decirles: como padre o madre no me gustas del todo, hay algo con lo que no puedo, déjame cambiarte el título a ver si puedo relacionarme contigo. Es no reconocer su autoridad. Es que siento tu rechazo, y me es más fácil manejarlo si creo que eres un/a amigo/a).
HONRANDO es como haces que sus historias se conviertan en RECURSOS, y no en el guion inconsciente de vida que repites o repiten tus hijos. La repetición a veces es muy sutil. Repites alguna enfermedad, repites un modelo de relacion de pareja, repites estatus, respites de alguna forma. Pero algo te hará mirarlos hasta que puedas honrarlos. Los que no son honrados en un sistema, suelen ser recordados a través del dolor por generaciones próximas.
La HONRA es el regalo que te das a ti de liberarte.
La HONRA es un camino de reconciliación con esas partes de ti olvidadas, rechazadas, negadas, escondidas en tu incosnciente.
La HONRA es un regalo que entregas a tus hijos. Porque ellos solo pueden reconocer tu autoridad cuando has reconocido la tuya, y reconocer la tuya implica que honres de donde vienes.
Honrar es profunda gratitud y respeto, gratitud total, completa, gratitud, gratitud, gratitud. Gracias, te respeto, todo fue perfecto, a partir de ahora yo me encargo del resto, gracias. (Perfecto fuera del paradigma de perfección, perfecto es lo que es, porque es).
Síntomas de que no estamos honrando a nuestra madre:
- Sentimiento de deuda, de *deber* hacia la madre.
-Problemas de autoestima.
-Sentimiento de ahogo, de carga.
-Dificultad para estar en una sana relación de pareja.
-Dificultad para sostener y multiplicar el dinero. Prosperar.
-Dificultad para lograr disfrutar su carrera.
-Dificultad para hacer crecer un proyecto. Prosperar.
-Adicciones de todo tipo (alimentos, drogas legales como el alcohol, drogas ilegales, al trabajo, a lo que sea).
Síntomas de que no estamos honrando a nuestro padre:
Sentido de falta de propósito
Sentido de falta de dirección
Inseguridad
Sensación constante de fracaso
Exceso de dificultades para lograr el éxito en lo que se propone
Búsqueda de reconocimiento/Excesivo sentido de competencia/Tu reconocimiento se lo dan a otro/a.
Búsqueda de aprobación/Necesidad de demostrar que sabe, que tiene, que es capaz, etc.
Dificultad para tomar decisiones propias
Dificultades para generar dinero por sí mismos.
Al honrar nos abrimos a la abundancia, a la prosperidad, al éxito , a nuestro propósito, a recursos que ya tenemos disponibles pero que no estamos usando, quedamos libres de la ley de la repetición del arbol genealógico.
Obsérvate, toma consciencia. ¿Qué está pasando contigo? ¿Cuáles de estos síntomas reconoces en ti?
Busca fotos de tus padres. Toma unos 5 minutos por cada uno, de forma separada, para conectar con ál y con ella. Pregúntate cosas sobre como fueron sus vidas, imaginalos de niños, imaginalos con sus padres, tus abuelos. Toma estos 10 minutos por 21 días, lleva un registro de tus observaciones y reflexiones. Y observa qué pasa contigo. No tomes ninguna acción, solo haz este ejercicio y sorpréndete. Si lo haces y quieres compartir tu experiencia, escríbeme.
Empezar a HONRAR va a implicar para ti, lo que implique sanar tus heridas. Lo que implica para ti no es lo que implica para mí.
Te invito. Disponte en total humildad, en apertura, comprometida/o a mirar lo que implica para ti y hacer lo que sea necesario. Me atrevo a decirte que es un regalo extraordinariamente transformador. Aquello que no has podido, comenzará a mostrarse diferente ante tus ojos, o dicho correctamente, tú comenzarás a mostrarte diferente ante aquello que no has podido.
Cierro con esto: Fui por el mundo, de hemisferio a hemisferio, de raza en raza, de idioma en idioma, buscando la forma de lograr mis sueños, y no fue hasta que regresé a casa, y en mi corazón me encontré con mi semilla-padre y mi tierra-madre, me senti pequeña ante sus ojos, tomé su abrazo tal y como era, reconocí mis piezas faltantes, agradecí, di la espalda honrosamente, que un mar de recursos se extendió ante mis ojos. Había ido tan lejos, buscando lo que ya tenía... Ahora podía verlo, y era perfecto para mí. Paré de buscar y comence a crear, a manifestar...
Te abrazo, con tu semilla y tu tierra.
¿Dónde está tu casa?
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